Lectura ‘Guerra a la obsolescencia programada’

Tema 2 – Crecimiento económico y organización de la Economía

Economía 1º Bachillerato

Guerra a la obsolescencia programada: la vida del móvil «es de 25 años»

La Unión Europea trabaja en una normativa para garantizar la sostenibilidad de los productos electrónicos

¿Existe realmente la obsolescencia programada? ¿Se diseñan productos con la intención de que su vida útil expire antes de lo debido para que sean reemplazados por otros? Puede que haya empresas que lo hagan. O que se trate más bien de que la obsesión por abaratar costes redunde en calidades cada vez peores. Lo cierto es que, hasta ahora, los productores no han estado obligados a dar información sobre hasta cuándo serán actualizables, por ejemplo, los móviles o los ordenadores. Tampoco han tenido por qué certificar que todos sus componentes se pueden reparar por separado, ni garantizar que las piezas de repuesto estén disponibles.

El Parlamento Europeo ha puesto orden y pretende tomar medidas que incentiven la comercialización de productos de alta durabilidad. Entre ellas figura la difusión de una etiqueta voluntaria que se sume al sistema de garantías donde se indique la fecha de caducidad de todo: impresoras, tabletas, lavadoras, camisetas… 2021, esta es la fecha que se ha propuesto la Unión Europea para acabar con la temida y archiconocida obsolescencia programada. La nueva normativa comunitaria llega para garantizar la «sostenibilidad» de los electrodomésticos y aparatos electrónicos.

Así, las leyes comunitarias recogerán por primera vez el derecho a reparar. Un ‘lobby’ que busca obligar a los fabricantes a ofrecer unas alternativas más económicas para los usuarios. «Por primera vez, las medidas incluyen requisitos de reparabilidad y reciclabilidad, contribuyendo a los objetivos de economía circular mediante la mejora de la vida útil, el mantenimiento, la reutilización, la actualización, la reciclabilidad y la gestión de residuos de los aparatos», explica la Comisión Europea.

Dentro de la Unión Europea, Su informe revela que la fabricación de smartphones «es lo que causa un mayor impacto medioambiental en Europa, con respecto a otros productos eléctricos como las lavadoras, las aspiradoras». Apuntan que la vida útil debería ser de mínimo 25 años para compensar el impacto medioambiental. «Si se extendiera la vida útil de cada uno de estos cuatro productos electrónicos solo un año, se reduciría lo equivalente a la retirada de 2 millones de coches de las carreteras durante un año».

Según una encuesta del año pasado, el 50% de las personas admitió que estarían dispuestos a pagar más por un móvil que tuviera una mayor vida útil. Este porcentaje llega al 77% en el caso de las impresoras.

Larga vida a los notebooks

Al año se venden más de 27 millones de notebooks y tienen el mismo problema que sus hermanos, los teléfonos móviles. Si la vida se extendiera un año, se ahorrarían 1,6 Mt CO2 al año para 2030, lo que equivaldría a la retirada de 870.000 coches de las carreteras. Si se consiguiera una mejora en la eficiencia anual del 5% para los nuevos notebooks, aun así estos tendrían que tener una vida útil de entre 20 y 44 años para que no causaran impacto en el medio ambiente.

La normativa en la que está trabajando la Unión Europea para poner en marcha en 2020 obliga a los fabricantes a proveer repuestos y componentes para sus aparatos para técnicos profesionales durante un período de hasta 10 años. «Este estudio es una prueba más de que Europa no puede cumplir con sus obligaciones climáticas sin abordar nuestras formas de producción y consumo. El impacto climático de nuestra cultura de teléfonos inteligentes desechables es demasiado alto.

Una práctica con recorrido

La obsolescencia programada no es un fenómeno nuevo. Algunas investigaciones apuntan a que las primeras empresas en aplicarla fueron las que controlaron el mercado de las bombillas desde mediados de los años veinte hasta finales de los treinta. Decidieron que para generar un mayor consumo se tenían que vender bombillas que estuvieran encendidas hasta 1.000 horas, cuando las posibilidades técnicas permitían fabricarlas con una vida útil de 1.200.

Este tipo de especulación ha llegado a ser reconocida como un práctica abusiva en Francia, donde el Parlamento aprobó hace tres años una ley que prevé hasta 300.000 euros de multa para las empresas que la practiquen.

Según un estudio, una familia podría ahorrar hasta 50.000 euros a lo largo de toda la vida si los electrodomésticos duraran más o fueran diseñados para ser reparados. El Parlamento Europeo estimaba en 2016 que la vida útil de un móvil era de unos dos años. ¿Cuántos móviles tiramos por no poder cambiar la batería? Es evidente que cambiar los hábitos de consumo es complicado, pero es responsabilidad de las empresas y consumidores caminar hacia un nuevo modelo.

Preguntas Lectura:

1. Trata de definir los conceptos que están en negrita en el texto.

2. Trata de resumir en 12-15 líneas las ideas generales del texto (120 – 150 palabras).

3 ¿Qué son los ODS? ¿Qué objetivo tienen? ¿En qué ODS emplazarías esta problemática?

4. ¿Qué crees que ocurriría con la producción si todos los productos que hay en tu casa duraran para siempre? ¿Y al consumo? ¿Cómo afectaría al crecimiento económico?

5. Si la gente dejara de consumir bienes y servicios, ¿qué ocurriría con el trabajo?

6. Según un estudio, si se repararan todos estos aparatos se generaría un beneficio de 6.300 millones de €. ¿Cómo afectaría al mercado? ¿Se crearían o se destruirían puestos de trabajo? ¿Cómo afectaría esto a los recursos naturales?

7. Escribe tu opinión libremente acerca del texto y de la obsolescencia programada. (120 – 150 palabras).